Óleo / tela
140 x 87 cm
MI060
En sus autorretratos, María manifiesta con ellos el orgullo que siente por sus raíces. Su piel morena, sus vestimentas tradicionales y sus peinados con trenzas adornadas por flores son las constantes, con un gesto pasivo y hasta se podría decir que melancólico. Ella como muchos artistas en México de principios del siglo XX buscaban las raíces de la mexicanidad, en el Autorretrato con rebozo rojo de 1940 la artista porta un vestido que nos recuerda al traje regional del estado de Veracruz haciendo un alto contraste con el rebozo que la envuelve, recordando a su vez los colores de la bandera mexicana: el blanco de la paz envuelto por el rojo de la sangre derramada por los valientes que la defendieron. Un paisaje montañoso característico de sus cuadros le da atmósfera a la escena y junto a ella una columna en donde una figurilla, como las de madera que usaba como modelo para sus cuadros, yace estática hacia ella. Este cuadro fue uno de los que presentó en la exposición de Lima, Perú en 1944.