Oleo / tela
68 x 66 cm
AM019
Con frecuencia aparecen en las obras de Alfonso Michel jarrones, jarras, floreros, vasos, cuencos y otro tipo de vasijas. A veces son el elemento único, a veces el central y en otros casos pueden llegar a ser secundarios. La vasija sugiere inmediatamente agua, que a veces es visible, a veces no. En el cuadro El eco del mar un florero, seguramente de cerámica, aparece sobre una mesa. , , el florero Ocupa el espacio más grande dentro del cuadro; está como roto o abierto hacia el espectador y permite ver tanto lo que sobresale de él como lo que está adentro: una especie de grandes nomeolvides azules con hojas de otra planta. La mesa resulta desproporcionadamente pequeña, con una carpeta arrugada, de color verde, sobre la que se encuentran un libro abierto, con escritura en una página y en la otra una indefinible ilustración coloreada; un papel, quizá carta, doblado y encima de él un escarabajo verde muerto, patas arriba, y lo que parece ser un pétalo de las flores. Siguiendo un esquema muy repetido por Michel, esos objetos están frente a una ventana; tras una barandilla de balcón, aparece el mar y un cielo nubloso. La relación entre interior yexterior es muy frecuente en la obra de Michel. Aquí las cosas se complican: la mesa cuya carpeta tiene flecos dorados, está sobre un tapete floreado, a su vez sobre un suelo de duelas; a la izquierda una especie de panel, mampara o quizá espejo, muestra pierna, mano, mitad de torso y de cabeza de una figura de la que son visibles las venas, como en esquema anatómico, que a su vez semioculta otra figura presumiblemente femenina. A la derecha del florero, en el marco de la ventana, una figura femenina, drapeada hasta la cintura, desnudo el torso, con una cortada cosida a la altura del corazón (como el díos mexica Xipe-Totec), con el brazo cortado y sin cabeza. Más a la derecha una especie de cómoda, más duelas y sobre ellas una gran copa, tras la cual aparece otra ventana por la que penetra una nube.