Oleo / tela
64 x 47 cm
AgL001
Al analizar la producción artística de la segunda década del siglo XX, se advierten bien los fuertes vínculos con Europa, pero al mismo tiempo se detecta una muy particular forma de concebir la pintura en México: una plástica desarrollada en el marco de una estética, que sin necesidad de aislarse, pudiera responder a las condiciones de una propia idea de la modernidad en las artes. El carnicerito de Agustín Lazo es justamente una de estas propuestas razonadas entre lo moderno y la tradición, entre las formas protocubistas de la vanguardia y los personajes citadinos o de oficios, que los artistas hicieron asunto de una pintura con la prerrogativa de ser mexicana, moderna y universal a la vez.