Manuel González Serrano, 1917-1960

Nació en Lagos de Moreno en el estado de Jalisco, Mexico el 14 de junio de 1917. Fue un pintor de notable inventiva, presencia y fuerza plástica que lo hicieron destacar como uno de los artistas más originales de su generación. Activo en las décadas de los años 40 y 50, Manuel González Serrano fue el creador de más de 500 obras inscritas en la llamada contracorriente u “otra cara” de la Escuela Mexicana de Pintura, uno de los capítulos más complejos e interesantes de la modernidad mexicana.

Nació en el seno de una familia acomodada, en la que el arte tuvo presencia constante, ya que su madre fue pintora aficionada y le enseñó el oficio a temprana edad, González Serrano encontró así su vocación y posteriormente, de manera autodidacta comenzó su carrera artística. A la edad de 17 años se mudó junto con su familia a la Ciudad de México y asistió como oyente tanto a Escuela de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda como a la Antigua Academia de San Carlos.

Su primer trabajo como dibujante fue en la Procuraduría del Distrito Federal en 1937. En 1940 conoció la obra de algunos pintores surrealistas gracias a la Exposición internacional surrealista realizada en la Ciudad de México en la Galería de Arte Mexicano de Inés Amor  y organizada por André Bretón, Wolfgang Paalen y César Moro. En la exposición participaron: Manuel Álvarez Bravo, Giorgio de Chirico, Salvador Dalí, Óscar Domínguez, Marcel Duchamp, Max Ernst, Paul Klee, René Magritte, André Masson, Wolfgang Paalen Pablo Picasso, Diego Rivera, Yves Tanguy, Remedios Varo y Frida Kahlo con quien se le relaciona por compartir la formación autodidacta y por su temática íntima (conformada en gran medida por naturalezas muertas, autorretratos y paisajes), pero, sobre todo, por la emoción presente en sus obras y por su “estética del dolor”.

En 1944 presentó su primera muestra individual en la Galería Art Decoración en la Ciudad de México. Su particular estilo llamó la atención de la crítica especializada, no obstante, el artista no buscó la promoción o el éxito económico y esto, aunado al hecho de que su obra no fue valorada por la recatada sociedad de aquellos días, influyó en su estado de ánimo de manera constante. En 1949 ingresó por primera vez al hospital psiquiátrico La Castañeda, de ahí en adelante su producción disminuyó y lidió con cuadros de depresión en distintas ocasiones, dos años después, internado nuevamente en el mismo hospital, se le diagnosticó esquizofrenia paranoide.

Considerado hoy como uno de los pintores más destacados del país, los elementos que más abordó en su pintura y que se volvieron fuertes componentes iconográficos fueron: frutos, flores y árboles. Dichas figuras desbordantes de energía vital contrastan con los ambientes de angustia y desolación que caracterizan sus paisajes, dando por resultado enigmáticas escenas, cercanas en algunos momentos a las propuestas del surrealismo, la Escuela Mexicana de Pintura y los trabajos del ya mencionado Giorgio de Chirico, además de las tendencias neorrománticas que influyeron asimismo en el trabajo de María Izquierdo, Juan Soriano, Rufino Tamayo, Federico Cantú, Juan O´Gorman. Agustín Lazo, Francisco Gutiérrez y Alfonso Michel.

En 1953 expuso de manera individual Dibujos y pinturas de Manuel González Serrano, en la galería de Arte Moderno, también ilustró la portada del libro Mi amado Pablo. Tres cuentos de Adela Esther Palacios y participó en la Galería de Ventas Libres del Salón de la Plástica Mexicana, en su Gran Venta de Navidad de Arte Mexicano como cada año desde 1950.

El 25 de abril de 1958 es internado por tercera y última ocasión en el Manicomio General La Castañeda, debido a problemas de toxicomanía. Manuel González Serrano murió dos años después, el 17 de enero de 1960 en la Ciudad de México debido a un paro cardiaco, mientras caminaba por el Barrio de la Merced.

Obras del artista