El caso de Rosario Cabrera es excepcional, pues además de haber sido alumna de la Escuela de Pintura al Aire Libre de Chimalistac, en 1924 recibió una beca del gobierno mexicano para estudiar en París. Durante su estancia en Europa, que duró aproximadamente tres años, viajó por diversas ciudades, visitando innumerables museos donde bebió profundamente de las diferentes tendencias y movimientos artísticos y, sobre todo, de la práctica del grabado. Sus estudios en el exterior le dieron una preparación sólida y bien estructurada, que manifestó tanto en su labor creativa como en su labor de directora de las Escuelas de Pintura al Aire Libre en Los Reyes, Coyoacán en 1928, y en Cholula, Puebla en 1929.
Casa roja es uno de los muchos lienzos que pintó durante su estancia en el continente europeo. Esta obra nos recuerda una construcción de los Países Bajos -Ámsterdam, Bruselas o Brujas- lugares que visitaba asiduamente y retrataba en diferentes escenarios urbanos. En el lienzo, encuentra un manejo académico de los elementos plásticos y una plétora de minucias detalladas propias de la escuela flamenca, así como la paleta primitivista de las Escuelas de Pintura al Aire Libre. El contraste tonal de la obra y la atención al detalle en sus elementos representados, confieren a esta pieza una calidad artística tradicional y la asocian con la estética del arte naïf básica para su creación.
González Matute, Laura et al. Pintura moderna mexicana de la Colección Andrés Blaisten, México: RM Verlag, 2011, página 58.