Antonio Ruiz, El Corzo , 1892-1964

Nació el 2 de septiembre de 1895 en Texcoco, Estado de México. Fue un pintor y diseñador escénico mejor conocido como "El Corzo" o "El Corcito", apodo que le fue dado en su niñez debido a su gran parecido físico con un popular torero español.

Estudió en la Ciudad de México y más tarde en Morelia, Michoacán de 1912 a 1914, donde cursó la preparatoria en un colegio jesuita. A los diecisiete años ingresó a la Antigua Academia de San Carlos, fue alumno de Saturnino Herrán y de Germán Gedovius. Dos años más tarde, optó por las clases de arquitectura y en 1917 ingresó con el nombramiento de dibujante de segunda en la Secretaría de Comunicaciones. Se cree que alrededor de 1919 decidió pasar una breve temporada en Francia, pero pareció no integrarse al ambiente artístico parisino, por lo que unos meses después decidió regresar a México.

En 1921, al poco tiempo de su llegada, se ligó al grupo Pro-Arte Mexicano que dirigía Adolfo Best Maugard. Este proponía, entre otras cosas, un sistema de dibujo que tenía sustento en los principios lineales de las formas elementales del arte primitivo mexicano. Con esa experiencia se despertó en “El Corcito”, el interés por crear una pintura infantil y primitiva que, con diferentes matices, preconizaba “el sistema de dibujo Best”. Fue así como realizó algunos cuadros con este nuevo lenguaje, ajeno a la tradicional concepción académica de San Carlos, e identificado tanto con la obra “espontaneista” que se producía en las recién fundadas Escuelas al Aire Libre, como con toda aquella obra de características ingenuas. En aquél entonces conoció a los que fueron sus mejores amigos entre los pintores de su generación, Miguel Covarrubias “El Chamaco”  y Gabriel Fernández Ledesma.

Para el año de 1925, Antonio Ruiz se encontraba en Hollywood aprendiendo sobre técnicas de decoración de sets cinematográficos en la recién inventada Meca del cine (aún mudo). Pensó dedicarse a la escenografía, y no a la pintura y aun cuando estudiaba arquitectura en la Academia de San Carlos, frecuentaba a pintores como Roberto Montenegro, Diego Rivera, Adolfo Best Maugard y Manuel Rodríguez Lozano, quienes apreciaban sus obras e intentaban promoverlas. También trabó amistad con Frida Kahlo y con el muy joven Juan O’Gorman quien le aprendió mucho sobre técnicas pictóricas.

El “movimiento” artístico, las vanguardias, sencillamente no fueron de su interés, sólo abandonaba su pequeño taller para dar clases en escuelas secundarias, además de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura del recién fundado Instituto Politécnico Nacional y, a partir de 1938, en la Escuela de Pintura y Escultura de Bellas Artes, “La Esmeralda” de la cual fue el primer director hasta su jubilación en 1954.

Antonio Ruiz realizó más trabajos por encargo que obras personales: no sólo las decoraciones murales realizadas en 1935 para el Sindicato de Trabajadores de la industria Cinematográfica y en el edificio Souza del Paseo de la Reforma en 1936. También diseñó incontables escenografías para cine y varias producciones más de la empresa Clasa Films Mundiales y para teatro, además de los decorados y los vestuarios de la compañía de danza de Ana Sokolov.

“El Corcito” Ruiz se negó a las exposiciones rimbobantes y a todo tipo de maniobra publicitaria y no quiso deshacerse de sus obras; según Juan O’Gorman, sólo vendió un cuadro al Museo de Arte Moderno de Nueva York. Expuso en muy contadas ocasiones; en la muestra de arte mexicano organizada por Anita Brenner en el Art Center de Nueva York en 1928, en la exposición del Golden Gate en San Francisco en 1939 y participó en la Exposición Internacional del Surrealismo organizada por Wolfgang Paalen, César Moro y André Bretón en la Galería de Arte Mexicano en 1940.

En 1963, Inés Amor le organizó una exhibición retrospectiva en su galería. Murió un año después un 9 de octubre, en su casa de la Villa de Guadalupe.