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Rafael Calzada

Sin título, 1976

Acrilico/ tela
120 x 150 cm
RCa011

En esta obra, Rafael Calzada muestra el "placer de pintar" de un artista, guardando los cánones del expresionismo abstracto, movimiento que surge con el grupo de los Independientes para dar paso a las manifestaciones pictóricas que estaban en boga en todo el mundo. Esta nueva forma de pintar se desarrolló en paralelo con el "informalismo", porque ambas daban rienda suelta a la expresión libre, fuera de todo academismo. En esta tendencia del arte pictórico se buscaba la autenticidad de la pintura, del puro acto de pintar, esto es, la caligrafía, las formas, la mancha y las texturas. El hecho de que una obra era informal, no implicaba el abandono de la forma, sino que niega las formas tradicionalmente reconocidas como clásicas. En definitiva, la expresión del mundo interior del artista, y con todas estas libertades, Calzada nos plasma una crónica de lo que para él es pintar en una tarde de verano en la ciudad de México, a la vez que demuestra su pasión por esta metrópolis y su cultura, lugar que lo vió nacer y crecer y formarse en ella. R.R.Pimentel

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